top of page
DEJANOS TU COMENTARIO
AL FINAL DE LA PÁGINA

DE LA MANO

astrid724

¿Has tomado alguna vez una decisión equivocada? Hace muchos años tomé algunas decisiones drásticas pensando que los resultados serían magníficos. Sin embargo, nada salió como esperaba y durante varios meses tuve que luchar con la culpa, la confusión y el producto de mis decisiones. Al final, Dios hizo que todo ayudara para mi bien, tal como lo promete en Romanos 11:28. Con el tiempo las cosas terminaron mucho mejor de lo que me hubiera podido imaginar.

 

Mientras atravesaba aquella temporada, mi papá se acercó a mí y me apoyó como nunca antes.  Hablábamos todos los días; me refiero a largas conversaciones llenas de palabras de ánimo, sabiduría y hasta algunos chistes para hacerme reír un poco. Pude sentir su solidaridad y su amor sincero de manera palpable.  Fue como si mi papá me hubiese tomado de la mano y me hubiese ayudado a navegar la situación hasta llegar a un lugar seguro.

 

Si un padre terrenal puede dedicarse de lleno a ayudar a un hijo cuando lo necesita, ¿cuánto más nuestro Padre Celestial? En los evangelios, Jesús una y otra vez nos enseña que Dios es nuestro padre. Nos pone ejemplos y nos habla en parábolas esperando que podamos entender esto.  Incluso la oración modelo que Él nos enseñó empieza con las palabras: “Padre nuestro…”.  Entre más difícil es nuestra circunstancia, más cercano está el Señor. No es algo figurativo o poético, es real.

 

"El Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado". Salmos 37:18 NBV

 

Es más, tan cercano está que no solo camina a nuestro lado, sino que nos toma de la mano.  ¿Podemos imaginar algo más grandioso que esto? El creador del universo tiene la ternura de tomarnos de la mano y alentarnos como un padre a un hijo. Sin tomar en cuenta nuestros errores, ni cuantas veces nos equivoquemos, Él promete ayudarnos siempre. 

 

 "Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: “No temas, yo te ayudaré”. Isaías 41:13 NVI

 

No tengas miedo, que yo estoy contigo; …. siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha.

Isaías 41:10 RVC

  

Dispongamos nuestro corazón para recibir este amor y que nuestros tensos músculos puedan relajarse sabiendo que somos muy amados y que estamos en buenas manos. ¡Las mejores manos!

 

“Las que son mis ovejas, oyen mi voz … Yo les doy vida eterna… y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar”. Juan 10:28-30 NVI

 

Padre del cielo, aquí estoy Señor.  Extiendo mis manos a ti y abro mi corazón para que vengas a vivir en él. Gracias por tomarme de la mano y por la certeza de que nunca me soltarás. Puedo descansar confiadamente, sabiendo que nadie me arrebatará de tu mano.

 

 
 
 

Comments


Los libros están disponibles en Amazon

y puedes encontrarlos haciendo click aquí:

© 2022 Creado con  Wix.com

  • Facebook
  • Twitter
  • Instagram
bottom of page